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Hola, gracias por visitar mi blog, espero que los cuentos, poemas, relatos, canciones o cualquier otra cosa que se me ocurra escribir y subir a este espacio te guste. Quiero aclarar que lo escrito en esta página no es un reflejo total de mis sentimientos, más bien es como una extensión de mi ser, algunas ideas que tenía guardadas y debían ser liberadas.

jueves, 17 de mayo de 2007

Un gran día

Hoy, por la mañana me despierta un suave y cálido rayo de sol, tocando tiernamente mi cara. Siento una inmensa tranquilidad dentro de mi cuerpo, me quedo recostado en mi cama durante unos minutos más, después con mucha calma me levanto, entro al baño a bañarme. El agua tibia toca mi cuerpo, siento como nunca ese baño que tanto necesitaba, me visto sin realmente preocuparme mucho por la ropa que escogo, tomo una manzana de la cocina y salgo a dar un paseo sin alguna razón en especial.

Al salir a la calle, me doy cuenta de que el día era hermoso, el sol alegra inmensamente el día, miles de pájaros cantan desde las copas de los árboles para después emprender el vuelo, juguetear un momento en el aire entre ellos y regresar a lo alto de los árboles a cantar, la gente les da de comer, y ellos se lanzan a gran velocidad desde sus nidos hasta el piso para recoger lo que sus picos les permiten, mientras que, a algunos pasos de ellos, en el parque, los niños corren, saltan, gritan, cantan y juegan alegremente sin descansar, se divierten plenamente sin que les preocupe nada más que ser felices, se lanzan la pelota, se persiguen unos a otros, pero siempre una gran risa emana de su ser. Llenan aquel lugar y alegran a sus madres, quienes los ven de cerca sentadas en una banca, platicando entre ellas mientras disfrutan un delicioso helado de limón que venden en el parque, platican de las cosas que han hecho durante la semana. Yo, en uno de los extremos de este parque, observo como se llena de vida cada rincón del mismo, respiro el aire puro que los árboles nos dan, siento dentro de mí la tibieza de la sangre recorrer mi cuerpo desde la cabeza hasta los pies.

Sigo caminando unas calles más, admirando la belleza natural que hay a mi alrededor y de pronto empiezan a caer algunas gotas de lluvia fría que hacen correr a la gente a buscar refugio. Yo, sin embargo, sigo caminando bajo ella, me parece perfecta, siento ahora, aparte de la tibieza de mi sangre, el dulce recorrido del agua que baja suavemente por mi cuerpo y llega a su destino final, el suelo. Un sutil olor a tierra mojada empieza a emanar desde los alrededores y penetra lentamente por mi nariz hasta llenar mis dos pulmones de ese rico perfúme. Sin darme cuenta de cuanto he caminado, sin sentir cansancio en mi cuerpo, llego a la orilla de un lago, ya no existe la ciudad alrededor y la tranquilidad es total, parece que ese lago no fuera visitado nunca, el agua es cristalina, los alrededores verdes y no hay señal alguna de vida humana a muchos kilómetros alrededor. La tarde comienza a caer y yo estoy recostado en ese precioso lugar, veo un hermoso atardecer, el sol se oculta y permite ver en el cielo colores que van desde el rojo cálido hasta el púrpura frío, el crepúsculo me hace pensar en regresar a mi casa pues no sé a cuanta distancia me encuentro de mi hogar, camino de regreso sin pensar en mucho y sin darme cuenta de que camino tomar. Son cerca de las 11 de la noche y por fin he llegado a mi casa, me siento realmente tranquilo, no tengo hambre, ni sed, ni siquiera cansancio, sin embargo, me dirijo a mi cuarto para dormir después del día que tuve.

Al llegar a mi cama me encuentro a mí mismo acostado en ella, sin vida, mi cuerpo yace ahí solo, inerte. Estoy muerto, sin saberlo he estado muerto todo el día, el sol brilló por la mañana, la lluvia mojó todo por la tarde y un gran atardecer marcó el final del día, los pájaros volaron, cantaron, los niños jugaron, gritaron. Todo el mundo siguió su vida sin darse cuenta que yo morí, todo sigue su rumbo sin mi, los ríos fluyen, los peces nadan, las aves vuelan, el mundo es igual; nada ha cambiado, tan sólo se ha ido en ente que alguna vez rió, lloró, cantó, jugó, disfrutó, existió, y hoy... desapareció para siempre.

2 comentarios:

O. B. Juz dijo...

el primer día nadie lo nota, pero poco a poco nuestra imágen en la mente de los demás se transforma; uno no muere cuando se detiene el corazón, uno muere cuando se detiene nuestro recuerdo

Unknown dijo...

Ay... q triste... y lo peor (o mejor tal vz) es k es completamnt cierto..
Y opino lo mismo k Wicho.. Uno solo muere cuando es olvidado, lo k m hac ygar a la conclusion d k c pued sr inmortal no?....
Nury (no rammy jajaja)