Bienvenido(a)

Hola, gracias por visitar mi blog, espero que los cuentos, poemas, relatos, canciones o cualquier otra cosa que se me ocurra escribir y subir a este espacio te guste. Quiero aclarar que lo escrito en esta página no es un reflejo total de mis sentimientos, más bien es como una extensión de mi ser, algunas ideas que tenía guardadas y debían ser liberadas.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Canción de un tiempo perdido

Hoy es domingo

Son las tres de la mañana

No puedo cerrar pestaña

Que puedo hacer contigo

Tu voz retumba

En todas mis neuronas

Tu aliento inunda

Mis pulmones de ternura

Mi piel recuerda

El calor de tu mirada

Mi sangre vibra

Al son de la tonada…

De tu corazón

Me haces ver estrellas

Me haces volar en nubes

Me haces sentir que puedo

Respirar bajo el agua

Me haces sentir que puedo

Tocar el sol de noche

Me haces creer que sol

Es frío comparado

Con el calor que dan tus brazos

Me haces sentir que el mundo

No existe si nos besamos

Me haces sentir que el universo

Es más pequeño que nuestro amor

Me haces sentir que la vida

Vale la pena por un segundo

Junto a ti

Tu eres…

Quien en sueños persigo

Tu eres…

Un regalo invaluable

Tu eres…

Lo que la vida siempre quiso

Tu eres…

El aire que necesita el mundo

Tu eres…

El anhelo de los dioses

Tu eres…

Hoy ya es miércoles

Son las 5 de la tarde

Por fin te tengo en brazos

Y mirando a tus ojos

Siento que el tiempo

Se detiene si me tocas

Que el suelo desaparece

Al igual que hace el cielo

Imagino que es un sueño

El poderte abrazarte

Y que digas que me quieres

Y mis ojos puedan ver…

A tu corazón

Me haces ver estrellas

Me haces volar en nubes

Me haces sentir que puedo

Respirar bajo el agua

Me haces sentir que puedo

Tocar el sol de noche

Me haces creer que sol

Es frío comparado

Con el calor que dan tus brazos

Me haces sentir que el mundo

No existe si nos besamos

Me haces sentir que el universo

Es más pequeño que nuestro amor

Me haces sentir que la vida

Vale la pena por un segundo

Junto a ti

Tu eres…

Quien en sueños persigo

Tu eres…

Un regalo invaluable

Tu eres…

Lo que la vida siempre quiso

Tu eres…

El aire que necesita el mundo

Tu eres…

El anhelo de los dioses

Tu eres…

Un atardecer en Roma

La luna en verano

Su reflejo en el océano

O los milagros tan divinos

Yo prefiero ver tus ojos

Prefiero sentir tu boca

Prefiero vivir tus sueños

Y amar todas tus locuras

Y aunque tú no lo creas

Aunque no lo diga mucho

Aunque a veces suene falso

Aunque odies que lo diga…

Te amo

martes, 9 de octubre de 2007

Estrellas.

Miles de estrellas de color azul rey. En ellas puedo ver el secreto del universo, cómo nació, cuántos años ha existido, cuánta vida existe. Nunca había visto una luz más brillante y más tranquilizadora que la que reflejan estas estrellas. La veo y me pierdo lo que parecen ser millones de años, mi mente y mi alma dejan su cárcel humana y viajan enormes distancias, hasta que encuentran esos cuerpos astrales, que brillan de manera incesante, donde se sienten en total armonía.

Del lado izquierdo hay un grupo de 7 estrellas, una constelación como ninguna de las que existe en la vía láctea. Las estrellas están organizadas de manera que forman una espiral, que parece que desciende a un paraíso, ya que al final de la espiral hay polvo estelar de color verde esmeralda. Al observar ese punto, la esperanza de cualquier ser se renueva. Mi mente se siente atrapada por ese lugar, donde todo es tranquilidad.

En la parte derecha existen tres estrellas que forman un triángulo equilatero, la punta va directo hacia el norte y el trío de astros palpitan en diferentes tonalidades: azul cielo, violeta, rosa, rojo, naranja y dorado. Con cada color, parece que el universo entero cambia y la vida de mi alma se llena de amor y felicidad. Después de cada ciclo y antes de que empiece el nuevo, las estrellas desprenden un halo de polvo plateado que crea seres mágicos que van por el espacio dando felicidad a quien encuentran.

En la parte central hay una estrella que brilla más que ninguna otra en el universo, la estrella más antigua de todas y la cual contiene todo el conocimiento que existe, ahí no puede llegar ningun ser. Ese lugar es el más hermoso de todos, cuando lo ves no necesitas nada más, puedes vivir eternamente viendo la perfección de ese lugar y soñando vivir ahí.

Increíble ver todo eso en la mirada transparente de unos ojos hermosos. Necesito encontrar esos ojos, sueño a diario con ellos y ahora viviré por verlos en vivo.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Extraño

Extraño...

tu cara, tu sonrisa, tus labios, tus ojos, tu luz.
tus manos, tus dedos, tus uñas, tu suavidad.
tu cuerpo, tu abdomen, tu espalda, tu cuello, tu calor.
tus piernas, tus muslos, tus rodillas, tus pies.

Extraño...

tus locuras, tus manías, tus ideas, tus sentimientos.
tu aroma, tu simpleza, tu sencillez, tu amor.
tus formas, tus percepciones, tus incoherencias.

Extraño...

mirarte y que mires, besarte y que me beses.
reirnos, tenernos, querernos ------ amarnos.

Extraño...

extrañarte 1 minuto después de no verte.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Cuento Mágico (Parte 2)

La noche ese día fue muy fría, eran casi las 3 de la madrugada. La princesa despertó, todo el cuerpo le temblaba, incluso llegó a sentir que sus huesos se congelaban, decidió salir de su escondite y buscar un lugar más cálido. Salió a las calles y todo estaba oscuro, a pesar de los pequeños destellos que las calles, las casas y los edificios despedían. Volteó al cielo y vio que la luna era obstruida por una gran cantidad de nubes. Recorrió todo el pueblo en busca de algún lugar para resguardarse del incesante frío, pero no encontró nada.

Después de una hora de búsqueda llego al pie del palacio, se quedó maravillada de la belleza de este lugar. Lo observó detenidamente, vio como las murallas se elevaban hasta donde su vista le alcanzaba, rodeó el palacio y notó que las puertas eran de oro y que no tenían manijas para se abiertas. Se preguntó cómo abrirían esas puertas cada mañana. Se alejó unos metros de la entrada y observó en su totalidad el palacio. Vio las 3 torres, siendo la central la más grande y la más hermosa.

Observó que en esa torre había un cuarto en la punta, de alguna manera le llamó la atención, pero no supo porque. Su mirada se perdió mientras veía el cuarto, cuya única ventana parecía más oscura que todo el reino. Se imaginó viviendo en esa torre, siendo totalmente feliz, de la mano de un valiente príncipe, con quien tenía una hermosa hija. después se vio saliendo al balcón acompayando a su esposo y saludando a todos los habitantes del pueblo, siendo aplaudida y amada por todos.

De repente, una ruido la sacó de su sueños, notó que estaba sentada en mitad de la calle de perlas, por instinto volteó a ver la ventana del cuarto y alcanzó a ver una sombra que la miraba desde el balcón. Sólo fueron unos segundos, la sombra no se alcanzaba a distinguir bien por una extraña luz dorada que provenía del interior del cuarto. Después, la oscura silueta dio media vuelta, entró en la habitación y desapareció, al mismo tiempo que la luz se apagaba y la oscuridad de la noche se volvía a ser total.

A la mañana siguiente, la princesa despertó escondida en un callejón, había mucho ruido en las calles, la gente corría dirigiéndose al centro del pueblo. La princesa se levantó y siguió a un muchacho que pasaba por ahí, al llegar ahí vio que en las paredes del palacio había unas inscripciones talladas sobre el diamante. La muchedumbre estaba consternada ya que no sabían quien podía haber hecho eso, y lo que más tenía preocupada a la gente eran las palabras escritas en el lenguaje de los magos. El mensaje era muy claro, alguien había violado las reglas de la ciudad y eso podía acabar con toda la armonía del reino. Se veían a los hombres volteando de un lugar a otro, buscando algo, mujeres que corrían por sus niños para esconderlos. Pronto hubo un caos en la ciudad y todos corrieron a sus casas. La princesa se quedó ahí sola, viendo las paredes del palacio y las inscripciones que brillaban, simulando ser de oro.

"La ley ha sido violada: Una persona no nacida en este lugar ha pasado la noche aquí. El castigo será para todos los habitantes que han sido responsables por esto."

Continuará...

lunes, 23 de julio de 2007

Cuento mágico (Parte 1)

Había una vez un reino de cristales hermosos, que siempre tenía un brillo especial y que todos admiraban. Las casas eran de esmeraldas y tenían un color verde que cautivaba y daba esperanzas a quienes las veían fijamente. Las calles brillaban, eran de un blanco que deslumbraba, jamás se ensuciaban y estaban hechas de las más bellas perlas blancas del mundo. Alrededor del reino existía un lago, que reflejaba la luz de sol en tonos azules que provocaban una tranquilidad absoluta, los zafiros de que estaba hecho, eran pequeños pero hermosos. En el centro de esta maravillosa ciudad existían los dos edificios más espectaculares del mundo.

La iglesia, hecha de rubíes, resplandecía con un rojo cálido todos los días al amanecer y al atardecer. Se dice que este resplandor era visto a miles de kilómetros y que quien lo veía gozaba de buena fortuna durante muchos años. Cada rubí que fue escogido para la construcción de esta iglesia había sido trabajado afanosamente para que su brillo fuera único y tallado de forma especial, de tal manera que ningún rubí fuera igual a otro.

Al lado de la iglesia, estaba el castillo. Éste era de diamantes, y a diferencia de la iglesia, se había construído con placas enormes de diamante, una igual a la otra y pegadas mediante magia. El palacio era enorme, sobresalía sobre todos los edificios. Su fama por todo el mundo era increíble, había personas que le llamaban "El castillo dorado", debido a que la luz del sol retomaba una magnífica luz dorada en su paredes y parecía de oro puro. Otros le llamaban "El palacio plata", ya que por las noches, los rayos de luna se reflejaban y se convertían en luz plateada que brillaba incesantemente en la noche.

En lo alto de este palacio, existía un cuarto al que nadie había entrado nunca. Ni siquiera tenía puertas ni escaleras que llegaran ahí. Estaba bellamente adornado, incluso desde fuera del reino se veían sus finos acabados en las más raras perlas negras. El cuarto del joven hechizero, a quien no conocían mas que por relatos y leyendas antiguas. Se decía que el hechizero viviría ahí por siempre y que sólo saldría al mundo exterior cuando lo sintiera necesario.

Ese reino no era gobernado por ninguna criatura, todos los habitantes sabían cual era su papel y lo hacían sin dudar. Nadie podía relacionarse más de lo debido con ellos, los viajeros sólo podían reabastecerse y marcharse, nadie podía siquiera pasar una noche dentro del reino, nadie que no hubiera nacido ahí. Las escrituras mandaban eso, nunca se habían atrevido e ignoraban que podía pasar si alguien lo hacía.

Un día llegó una princesa, había escapado de su reino, ya que no quería aceptar su destino. Su padre había arreglado un matrimonio con el princípe de un pueblo lejano, y de esta manera se unirían los dos reinos y dos especies: Los humanos y los elfos. La princesa, descendiente del linaje de los elfos más valientes y aventureros, escapó una noche y corrió hasta la mañana siguiente, cuando se encontró en los límites del bosque encantado. Decidió descansar y más tarde, cuando la tarde caía siguió su camino, encontró el reino del hechizero y fue a buscar refugio.

Camino dentro del reino, maravillada de lo esplendoroso, mágico y brillante que resultaba ese lugar. Trató de encontrar algún lugar donde hospedarse, pero no encontró nada, la gente en la calle se volteaba cuando ella hablaba. Al caer la noche, los magos que custodiaban la ciudad pidieron a los visitantes retirarse, pero ella corrió y logró esconderse en un callejón, detrás de materiales que utilizaba el herrero del reino.

(Continuará)

lunes, 16 de julio de 2007

Ya nada es igual

Ya nada es igual...

Llegaste de la nada, algo que jamás esperaría. En mi tristeza profunda, en mi oscuridad total, el brillo de tus ojos me liberó, me guió a un lugar hermoso. Ese lugar yo lo conocía antes, pero ha cambiado. Ya no es igual.

Me deslumbras, me haces reír, me haces cambiar mi forma de pensar, me haces creer cosas que no imaginaba. Eres una nueva esperanza, lo que quiero, lo que espero, lo que sueño, lo que como, lo que vivo. Ya no soy igual.

Todo es lo mismo, los árboles, los animales, las rocas, las personas, los edificios. El mundo sigue siendo el de antes, gira a la misma velocidad que siempre y hacía el mismo sentido.

Sin embargo... ya nada es igual.

La carta

La noche fue larga, ella regresa a su casa muy cansada, después de salir con sus amigos, divertirse, pero siempre con el recuerdo de la difícil tarde que tuvo y del hiriente pleito que tuvo con él. Arrepentida de lo que dijo y con el corazón llorando por los recuerdos de esas palabras que entraron como lanzas envenenadas en ella.

Todo comenzó por la mañana, despertaron juntos, abrazados como todas las mañanas, con esas caras enamoradas y los ojos brillando al ver a su amor al lado. Un día cotidiano, se sientan a desayunar, él lee el periódico, ella con la clásica plática de sus sueños. Se despiden, cada quien se va a sus labores. El beso de despedida, de alguna manera frío y seco, más por costumbre que por convicción.

En la oficina, las presiones de siempre, mucho trabajo y poco apreciado. La junta larga y tediosa, ella da observaciones y no es tomada en cuenta. La frustración habitual, se la tiene que tragar, la promesa de que se ira pronto de ahí, el conocimiento interno de que no será posible. El jefe la llama, ella acude, y de nuevo ¡el mismo acoso sexual!

De regreso a casa, un tráfico insoportable, mucho calor y poca paciencia. Los vendedores ambulantes se acercan y ella dice que no, tratando de ser amable, pero sin lograrlo. Un limpiaparabrisas que no entiende, ella no le da ni una moneda y a cambio recibe una patada en el carro.

La pareja se vuelve a encontrar en la mesa, platican de sus días. Ella acapara la plática, desesperada cuenta todo lo que le pasó y casi no da tiempo a que él cuente lo que pasa. Él parece tranquilo, trata de calmar a la mujer de su vida, pero ella no acepta sus palabras. Empiezan los gritos, él la acusa de ser muy egolatra y envidiosa, furioso avienta la silla donde estaba sentado, manotea, se vuelve un energúmeno. Ella llora, se siente impotente e incomprendida, se encierra en su mundo, trata de no escuchar nada más.

Ella se va, llama a unos amigos, quiere despejarse y tratar de olvidar el mal día que tuvo. Después de unas cuantas horas, decide regresar a casa y tratar de arreglar las cosas, se despide y se va.

La casa oscura, ella entra, enciende la luz de la sala, no hay nadie, no hay rastros de su amado. Él no está en la planta baja, ella sube las escaleras, todo oscuro, entra en la habitación y sobre su almohada una carta. La lee, sus ojos se van llenando de lágrimas, termina y suelta un llanto interminable y doloroso. Después de varias horas se queda dormida, sola.

A la mañana siguiente, encontrará el cadaver de su amado, detrás de un sillón, con marcas en las muñecas. Sobre él, una última nota: "Como te lo dije en la carta, no soporto haberte hecho sufrir. Te hize llorar y no me puedo perdonar, no quiero vivir después de eso. Te amo"

Suspiros a medianoche

Según el diccionario suspiro es una aspiración lenta y prolongada que denota generalmente alguna emoción.

No soy científico ni me propongo serlo jamás, sin embargo, creo que el suspiro se podría definir físicamente como un exceso de aire en los pulmones, que de alguna manera tiene que salir del cuerpo humano y encuentra esa salida. Es, tal vez, ocasionada por una fuerte agitación o un cambio interno de la persona y que vulgarmente se les denomina como sentimientos.

¿Cómo expresar realmente lo que significa un suspiro?

Hace mucho tiempo, alguien me dijo que un suspiro era como un beso no dado, al momento lo creí. He pensado ultimamente en eso y aunque es una posible razón, me he dedicado a pensar en que puede haber otra explicación. Es cierto que muchas veces, suspiras cuando estas con esa persona especial a la cual quieres besar en ese momento, pero por diferentes razones no lo haces, y el beso se convierte en un largo suspiro.

Sin embargo me niego a pensar que ese beso se perdió y que el suspiro, vuela por el aire con sabor a labios, perdiéndose con el viento. Si realmente mis besos se pueden convertir en suspiros, me gustaría que viajaran hasta tu ventana y les regresaras su naturaleza original, convirtiendo mis suspiros en tus besos.

Y si mis besos no se pueden convertir en suspiros, espero entonces poder recordar cada uno de los suspiros que emane mi ser, para que pueda, algún día, convertirlos en besos y regalarte en una caja todos los suspiros que he exalado. Y que cada que lo desees, saques un suspiro, lo dejes volar unos segundos y después se funda en tus labios, convirtiéndose en el más dulce beso que te hayan dado.

sábado, 14 de julio de 2007

La noche

La noche acaba de caer, el sol aún lanza unos suaves rayos rojizos que desaparecen en los edificios. Se puede ver una casa antigua, de tres pisos de alto, hecha de ladrillo y maderas finas, tiene unas columnas griegas que hacen recordar el Partenón Ateniense. Las largas paredes de roca están cubiertas por enredaderas que le dan un toque de cuento shakespearano a la propiedad. Todo parece una mezcla de sueños antiguos...

En el techo de la gran estructura se puede ver una sombra, mientras que el sol expira tristemente su resplandor y desaparece en el horizonte. La sombra está inmóvil y por la posición que tiene parece una gran gárgola de piedra que esta justo en el punto más alto del edificio. La luna comienza a asomarse por el lado contrario de donde hace unos momentos estaba el sol. Se puede ver que tiene unos tonos naranjas, casi rojos. Según se dice, significa que en la noche se derramará sangre...

A lo lejos suenan las campanas de la catedral, marcando y anunciando que son las 10 de la noche. Mucha gente sale a las calles con la intensión de ir a misa. Pronto, en todos los alrededores se ven luces, personas que salen a caminar con rumbo a la iglesia. Algunas parejas de novios riendo, tomados de la mano y con ojos llenos de ilusiones, algunas familias, que les gusta convivir y platicar mientras caminan, algunos ancianos que se trasladan con dificultad...

Ahora es medianoche, las calles nuevamente están solas, la casa grande sigue en el mismo estado, con sus enredaderas, sus columnas, sus ladrillos, sus maderas finas, su gárgola. Por una de las calles junto a la casa se ve que alguien se acerca, una persona que camina alegremente. Mientras más se acerca a la casa, más va aumentando su placer. Es un joven, de cabellos negros, que llegan a tocar sus hombros, su piel es blanca y sus ojos, cafés, indican una gran vitalidad.

El muchacho está justo al lado de la pared con las enredaderas, se detiene un momento, siente como si alguien lo llamara, pero no sabe si es en su imaginación o si fue real. Su mirada se vuelve confusa, pero al poco tiempo recupera su brillo natural. Algo en su expresión hace notar que está enamorado y que acaba de ver a su amor.

De pronto, el joven siente que alguien está detrás de él, y cuando voltea sólo siente dos piquetes en el cuello y después todo negro. Al despertar, se encuentra en el techo de la casa, no siente cansancio ni alegría. Al lado de él, está la gárgola, que por fin se mueve, dejando ver a una persona muy fuerte físicamente y con ojos malévolos

- Bienvenido al mundo de la noche - dice la gárgola.
- ¿Quién eres? ¿Dónde estoy? - responde el muchacho.
- Mi nombre sólo lo conoce el viento y estás en tu nuevo hogar, espero que lo disfrutes. Recuerda alimentarte una vez al día.

La gárgola saltó, cayó en la acerca donde caminaba el muchacho y desapareció en la oscuridad.

150 años después, vuelve a caer la noche, se ve la misma casa, muy bien conservada, la "nueva" gárgola en espera. En sus ojos, que antes estaban llenos de felicidad, se nota una profunda tristeza, corren lágrimas por las mejillas y caen al piso, metros más abajo. Los recuerdos de un amor que ya no existen atormentan.

Alguien se acerca, me tengo que preparar, dejar mi pose de gárgola, mostrar nuevamente mis colmillos, usar mis talentosos ojos y mi fuerza sobrehumana...

Es hora de que el vampiro vuelva a atacar.

jueves, 14 de junio de 2007

Niña de lluvia

Antes que nada, quisiera dar el crédito de este cuento a "El mago" quien con una canción me inspiró para escribir algo de este estilo.

Ella, es tan bella, que ilumina el cuarto con entrar, tan simple como su sonrisa y tan compleja como su mirada. Cualquier hombre se puede perder dentro de su aliento y jamás regresar, porque encuentra la paz interior. También podría enredarse en la multitud de sentimientos que transmite cuando lo ven esos ojos, de color ternura.

Puedes caminar, durante horas, sin tener un rumbo fijo, perderte en la inmensidad del mundo, absorto en tus pensamientos, en tus sentimientos y en como olvidas todo, cuando recuerdas su voz, su cara, su aroma.

El mundo sigue girando, los días han pasado, las flores se han marchitado, la nieve se derrite, el sol se oculta, la gente crece, se muere. Pero hay algo incambiable, algo que es intangible, algo que no pueden ver todos, algo que yo he visto y muero cada segundo, esperando volver a verlo.

Veo en tus ojos un rocío divino, esas gotas que se iluminan cuando las ves en perspectiva. Veo como la lluvia dejó su marca permanente en ti, en tu cara y en tu alma.

Te veo. te veo a ti, aún cerrando los ojos te veo, te seguiré viendo. Te veo... mi niña de lluvia.

martes, 22 de mayo de 2007

22 de mayo

Hoy caminé mucho, tal vez las distancias no suenan muy disparatadas, pero después de correr media hora en el Campus, me fui a mi casa caminando, llegué en una hora, me bañé, comí y fui a casa de un amigo, está, digamos a la mitad, entre el Tec y mi casa. La razón por la que caminé me hace enojar, así que prefiero no revelarla. Lo interesante no es que caminé tanto ni el "porque", sino todo lo que miraba, respiraba, sentía y pensaba en el tiempo que lo hacía.

Me dí cuenta que la ciudad no es tan fea por sí misma, pero las personas la hemos hecho fea, llena de grafitis mal hechos, atascada de basura, con banquetas rotas y algún poste caído porque alguien chocó contra el. Pero los edificios tienen su historia, los parques que vemos están distribuidos de manera inteligente; en fin, podríamos sacar varias historias de la ciudad, dejando simplemente que los edificios y construcciones hablen.

Otra cosa muy desagradable que hacemos los "ciudadanos" es una peste con la mezcla de olores que se manejan en la calle, si alguien no sabe como se pueden mezclar los aromas a pescado, con fruta podrida, animales muertos, sangre y rosas, le sugiero que se de una vuelta caminando por las calles. Y cuando no apesta a nada de eso, es imposible poder tener un aire puro, está demasiado contaminado.

Mientras pasaba todo eso, a cada paso que daba sentía como se introducían pequeños círculos de energía por los pies y poco a poco se esparcían por el cuerpo, me sentía uno solo con las calles, sentía que los árboles de mi lado eran una extensión de mi ser, incluso llegué a pensar que podía moverlos.

Pensaba de manera inconsciente, estaba melancólico, pero no era una melancolía depresiva, sino que era un recuerdo que rebotaba dentro de mi cabeza y no se estaba quieto, con todo mi enojo, mi felicidad, mi desesperación, mi tranquilidad, no sé porque quise saber la fecha y fue cuando la vi: 22/05/07

domingo, 20 de mayo de 2007

¿Por qué?

"Me he acordado mucho de ti". Ese fue el mensaje, tal vez es raro, supongo que a mi me extrañaría si me lo mandaran, la primera pregunta que viene a tu mente es "¿por qué te has acordado de mi?", y mi respuesta para eso es un simple "no sé".

Realmente no hay una razón por la cual nos acordemos de una persona, evidentemente que si te acuerdas de alguien es porque es especial en tu vida, pero ¿no hay otra razón? Tal vez inconscientemente hay objetos o situaciones que nos recuerdan a una persona, y cuando pasan, irremediablemente pensamos en esa persona. Tal vez simplemente se crean enlaces en las neuronas y recuerdas a la persona. Tal vez quieres demasiado a la persona y no dejas de pensar en ella, pero te entretienes con otras cosas y cuando no tienes nada en la cabeza, te das cuenta que está esa persona ahí. Son suposiciones, no sé que sea exactamente.

Lo que sé es que pienso en tí, si algún día encuentro la respuesta al "¿por qué?" te la hare saber, mientras tanto, espero que entiendas que "he pensado mucho en ti".

Increíble

Hace unos días, cuando empecé este blog, un amigo me dijo que le gustaba la manera en que escribía, pero que siempre mis cuentos, poemas o cualquier cosa tiene su aire de melancolía o tristeza y que se reflejaba totalmente mi subconsciente. Me puse a pensar en eso, es cierto que siempre acaban con algo así, pero no creo que sea por que me sienta deprimido o melancólico. Sólo que creo que es más fácil escribir de esa manera. Ahora trataré de escribir algo alegre.

Increíble, una sensación que es muy difícil de explicar, como todos los sentimientos, sin embargo, hay momentos que son así. El poder estar en el bosque, rodeado de naturaleza, poder respirar ese aire con un sutil aroma a árbol, tierra mojada, en fin, a vida. Poder caminar a través de árboles tan grandes como edificios y aprender a escuchar sus suspiros, esos que te cuentan todo lo que han visto a lo largo de décadas, e incluso siglos. El sentir la respiración de la tierra a tus pies a cada paso que das. El ver, en un cielo claro, la primera estrella de la noche, pedir un deseo y la ilusión de que se cumpla. El prender una fogata, para tener un poco de calor en el clima del bosque, ver como se encienden los leños y le entregan su vida al fuego, ver la danza divertida de las llamas, que son como juegos y risas de niños.

También puedo decir que es increíble el estar parado en un escenario, la adrenalina que ocasiona estar al frente de un público, saber que tienes la atención de todos y que durante algunos instantes tú eres lo más importante. Los nervios que te dan instantes antes de salir a escena, ese revoltijo en los hombros, ese ligero temblor en los pies y en la voz, ese hormigueo que sube desde los pies hasta la cabeza. El calor de las luces cuando entras, la mirada expectante del público, el gasto de energía al hacer un sólo movimiento. Escuchar expresiones de alegría, enojo, indignación e incluso tristeza; expresiones que tu generaste. Salir a dar las gracias con una sonrisa en la boca, orgulloso de lo que hiciste, escuchar el aplauso que vale más que cualquier cosa, un aplauso sincero que te hace seguir. Los abrazos de las personas que fueron a verte.

Y algo todavía más increíble, el saludo fraternal que tienes con tus amigos. El conocerlos tanto, que sin hablar con ellos, sabes que les pasa, el hablar con ellos horas sin decir nada y a la vez diciendo todo, el pasar tanto tiempo con ellos, que ya no tienes nada que contarle y sin embargo siguen hablando, el enojarse con ellos por tonterías y nunca pedir perdón, porque al día siguiente todo está bien. La mirada de esa mujer especial, con la cual te pierdes, el primer saludo con ella, el primer abrazo, el primer beso, el último. El tener los recuerdos de que fue hermoso, y poder olvidarte de tus errores y los de ella, y simplemente recordar los buenos momentos.

Gracias a todos, con ustedes he compartido al menos uno de esos momentos "increíbles".

jueves, 17 de mayo de 2007

Amor

Ese día desperté, de inmediato pensé en tí, ese pensamiento lo cambió el reloj, cuando descubrí que era tarde y tenía que apurarme. Cuando estaba bañándome, recordé una vez más porque estaba contigo, encontré las razones de siempre y algunas nuevas. Era muy bueno saber que contaba contigo para todo, que antes que nada eras mi amiga, mi confidente; que sólo contigo podía ser como realmente soy sin miedo a ser criticado. Aparte de eso, recordé tus besos, tus ojos, tu cabello, todo eso que me enloquecía.

El día transcurrió y no pasó nada relevante, me maldije una y otra vez por tener que darle un espacio a las clases de mi mente, ya que sólo la habitabas tú. Después tuve que concentrarme para poder ensayar bien, en cada momento olía tu aroma, oía tu voz, sentía tus manos.

En la noche, recostado sobre mi cama, escribí una carta, pensé en una buena analogía para decirte cuanto te amaba, creí que podía decirte que te amaba tanto como el agua, pero el agua se está acabando y mi amor está creciendo, así que deseché esa idea. Pensé que si mi amor se expandía cada vez más podría ser como el universo, se expande al infinito, pero luego recordé que en el universo hay espacios oscuros, sin nada, en cambio en mi, todo está lleno de amor. Decidí mejor no tratar de encontrar una analogía, ya que no era muy posible encontrarla, y preferí buscar el regalo perfecto para alguien como tú. Entonces pensé en bajar la estrella más linda, pero ninguna se comparaba contigo; después traté de guardar un rayo de sol en un frasco para dártelo, pero tus ojos iluminan más que eso; traté de guardar la calma de la noche, pero tu sonrisa me hizo desistir.

Hoy desperté, me dí cuenta de que ya no estás a mi lado, ya no tengo a mi amiga, ya me vuelvo a ocultar, ya no hay besos que me eleven a las nubes, ya no hay caricias celestiales. Hoy desperté y supe que perdí el mar, la luna, las estrellas, el sol, el universo y la vida. Hoy perdí todo, por fin encontré mi analogía perfecta del amor que sentía... demasiado tarde... la carta sigue en el cajón sin ser enviada... ahí se pudrirá, junto con mi analogía y mi amor.

Un gran día

Hoy, por la mañana me despierta un suave y cálido rayo de sol, tocando tiernamente mi cara. Siento una inmensa tranquilidad dentro de mi cuerpo, me quedo recostado en mi cama durante unos minutos más, después con mucha calma me levanto, entro al baño a bañarme. El agua tibia toca mi cuerpo, siento como nunca ese baño que tanto necesitaba, me visto sin realmente preocuparme mucho por la ropa que escogo, tomo una manzana de la cocina y salgo a dar un paseo sin alguna razón en especial.

Al salir a la calle, me doy cuenta de que el día era hermoso, el sol alegra inmensamente el día, miles de pájaros cantan desde las copas de los árboles para después emprender el vuelo, juguetear un momento en el aire entre ellos y regresar a lo alto de los árboles a cantar, la gente les da de comer, y ellos se lanzan a gran velocidad desde sus nidos hasta el piso para recoger lo que sus picos les permiten, mientras que, a algunos pasos de ellos, en el parque, los niños corren, saltan, gritan, cantan y juegan alegremente sin descansar, se divierten plenamente sin que les preocupe nada más que ser felices, se lanzan la pelota, se persiguen unos a otros, pero siempre una gran risa emana de su ser. Llenan aquel lugar y alegran a sus madres, quienes los ven de cerca sentadas en una banca, platicando entre ellas mientras disfrutan un delicioso helado de limón que venden en el parque, platican de las cosas que han hecho durante la semana. Yo, en uno de los extremos de este parque, observo como se llena de vida cada rincón del mismo, respiro el aire puro que los árboles nos dan, siento dentro de mí la tibieza de la sangre recorrer mi cuerpo desde la cabeza hasta los pies.

Sigo caminando unas calles más, admirando la belleza natural que hay a mi alrededor y de pronto empiezan a caer algunas gotas de lluvia fría que hacen correr a la gente a buscar refugio. Yo, sin embargo, sigo caminando bajo ella, me parece perfecta, siento ahora, aparte de la tibieza de mi sangre, el dulce recorrido del agua que baja suavemente por mi cuerpo y llega a su destino final, el suelo. Un sutil olor a tierra mojada empieza a emanar desde los alrededores y penetra lentamente por mi nariz hasta llenar mis dos pulmones de ese rico perfúme. Sin darme cuenta de cuanto he caminado, sin sentir cansancio en mi cuerpo, llego a la orilla de un lago, ya no existe la ciudad alrededor y la tranquilidad es total, parece que ese lago no fuera visitado nunca, el agua es cristalina, los alrededores verdes y no hay señal alguna de vida humana a muchos kilómetros alrededor. La tarde comienza a caer y yo estoy recostado en ese precioso lugar, veo un hermoso atardecer, el sol se oculta y permite ver en el cielo colores que van desde el rojo cálido hasta el púrpura frío, el crepúsculo me hace pensar en regresar a mi casa pues no sé a cuanta distancia me encuentro de mi hogar, camino de regreso sin pensar en mucho y sin darme cuenta de que camino tomar. Son cerca de las 11 de la noche y por fin he llegado a mi casa, me siento realmente tranquilo, no tengo hambre, ni sed, ni siquiera cansancio, sin embargo, me dirijo a mi cuarto para dormir después del día que tuve.

Al llegar a mi cama me encuentro a mí mismo acostado en ella, sin vida, mi cuerpo yace ahí solo, inerte. Estoy muerto, sin saberlo he estado muerto todo el día, el sol brilló por la mañana, la lluvia mojó todo por la tarde y un gran atardecer marcó el final del día, los pájaros volaron, cantaron, los niños jugaron, gritaron. Todo el mundo siguió su vida sin darse cuenta que yo morí, todo sigue su rumbo sin mi, los ríos fluyen, los peces nadan, las aves vuelan, el mundo es igual; nada ha cambiado, tan sólo se ha ido en ente que alguna vez rió, lloró, cantó, jugó, disfrutó, existió, y hoy... desapareció para siempre.