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Hola, gracias por visitar mi blog, espero que los cuentos, poemas, relatos, canciones o cualquier otra cosa que se me ocurra escribir y subir a este espacio te guste. Quiero aclarar que lo escrito en esta página no es un reflejo total de mis sentimientos, más bien es como una extensión de mi ser, algunas ideas que tenía guardadas y debían ser liberadas.

lunes, 16 de julio de 2007

La carta

La noche fue larga, ella regresa a su casa muy cansada, después de salir con sus amigos, divertirse, pero siempre con el recuerdo de la difícil tarde que tuvo y del hiriente pleito que tuvo con él. Arrepentida de lo que dijo y con el corazón llorando por los recuerdos de esas palabras que entraron como lanzas envenenadas en ella.

Todo comenzó por la mañana, despertaron juntos, abrazados como todas las mañanas, con esas caras enamoradas y los ojos brillando al ver a su amor al lado. Un día cotidiano, se sientan a desayunar, él lee el periódico, ella con la clásica plática de sus sueños. Se despiden, cada quien se va a sus labores. El beso de despedida, de alguna manera frío y seco, más por costumbre que por convicción.

En la oficina, las presiones de siempre, mucho trabajo y poco apreciado. La junta larga y tediosa, ella da observaciones y no es tomada en cuenta. La frustración habitual, se la tiene que tragar, la promesa de que se ira pronto de ahí, el conocimiento interno de que no será posible. El jefe la llama, ella acude, y de nuevo ¡el mismo acoso sexual!

De regreso a casa, un tráfico insoportable, mucho calor y poca paciencia. Los vendedores ambulantes se acercan y ella dice que no, tratando de ser amable, pero sin lograrlo. Un limpiaparabrisas que no entiende, ella no le da ni una moneda y a cambio recibe una patada en el carro.

La pareja se vuelve a encontrar en la mesa, platican de sus días. Ella acapara la plática, desesperada cuenta todo lo que le pasó y casi no da tiempo a que él cuente lo que pasa. Él parece tranquilo, trata de calmar a la mujer de su vida, pero ella no acepta sus palabras. Empiezan los gritos, él la acusa de ser muy egolatra y envidiosa, furioso avienta la silla donde estaba sentado, manotea, se vuelve un energúmeno. Ella llora, se siente impotente e incomprendida, se encierra en su mundo, trata de no escuchar nada más.

Ella se va, llama a unos amigos, quiere despejarse y tratar de olvidar el mal día que tuvo. Después de unas cuantas horas, decide regresar a casa y tratar de arreglar las cosas, se despide y se va.

La casa oscura, ella entra, enciende la luz de la sala, no hay nadie, no hay rastros de su amado. Él no está en la planta baja, ella sube las escaleras, todo oscuro, entra en la habitación y sobre su almohada una carta. La lee, sus ojos se van llenando de lágrimas, termina y suelta un llanto interminable y doloroso. Después de varias horas se queda dormida, sola.

A la mañana siguiente, encontrará el cadaver de su amado, detrás de un sillón, con marcas en las muñecas. Sobre él, una última nota: "Como te lo dije en la carta, no soporto haberte hecho sufrir. Te hize llorar y no me puedo perdonar, no quiero vivir después de eso. Te amo"

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